Maldito hamor by Cruz Sánchez de Lara

autor:Cruz Sánchez de Lara [Sánchez de Lara, Cruz]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Psicológico, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2023-03-08T00:00:00+00:00

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Benalmádena, 1 de noviembre de 2017

Todo iba como la seda desde que Clea se había cortado. Aquel llanto de Henry devolvió la paz a Villa Matin. Llevaban ya tres días en Málaga en casa de Álvaro y Tulia. Ella le había pedido a su madre las llaves, rogándole que no hiciera preguntas indiscretas: «Sí. Voy acompañada y no preguntes por quién. Si cuaja, ya te enterarás».

Sus padres tenían, desde antes de que ella naciera, un bonito ático en La Malagueta. No era demasiado grande, pero la terraza lo convertía en algo parecido al paraíso para Clea. Reformarlo fue su primer proyecto al terminar la carrera y se sentía muy orgullosa. Era su lugar perfecto para escapadas.

Todas las personas que habían significado algo en su vida se habían tomado una botella de Barbadillo con hielo en aquella terraza. Era el vino que le recordaba a su época de estudiante, aquellos tiempos en los que nada impresionaba más que lo barato y una canción de la que todos se supieran la letra. Esa era la magia del apartamento. Ella lo conocía y las paredes silenciaban todas sus historias. Podría dibujar con los ojos cerrados cada esquina, cada rincón, cada incomodidad e inconveniente. Era un refugio precioso blanco y turquesa con guiños dorados al color del sol.

Había soñado con que ese viaje fuera extraordinario. Si estaba viviendo el comienzo de una historia duradera, para ella era fundamental que Henry se sintiera cómodo en aquella casa. Por eso había dejado todo organizado para que no hubiera imprevistos. Estableció turnos las veinticuatro horas del día en Biarritz. Ordenó que se cargaran todos los pluses que implicaba trabajar las noches y los dos fines de semana porque ya necesitaba un avance definitivo. Se hacía muy pesado respirar polvo día y noche. Mientras, quería enseñarle su Málaga querida a Henry. El Museo Picasso, el cubo del Centre Pompidou, el Centro de Arte Contemporáneo, el edificio de Tabacalera, donde se encuentran la colección del Museo Ruso y el Museo Automovilístico y de la Moda. Pero también, la calle Larios y un paseo por el Palo, la catedral y ese bar de la esquina donde ponen una porra antequerana que seduce a cualquier extranjero, los brindis al sol con vino dulce y las noches de postre pesado y copa filosofal.

Pisar Málaga es oler biznagas en noviembre porque los recuerdos de año tras año impregnan la pituitaria, es oler romero y sal mezclados con la brisa mediterránea que pone ruido de caracolas. A veces, la ciudad puede ser poesía en exceso cuando el ocio te espanta.

Todo iba como la seda. Estaban disfrutando como adolescentes de unos días a los que no se les podía poner una traba. Ella notaba que él estaba saboreando la vida, lo cotidiano, lo ordinario, bajando a la normalidad sin poses ni límites. Se reía, estaba cariñoso y eso a ella la hacía muy feliz. Pobre Henry… No había tenido la opción de vivir una vida corriente, de esas que no te encorsetan en un personaje y en mil situaciones ya escritas para ti.

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